Mujeres que Corren con los Lobos
_______________________________________

 

Extractos del libro de Clarissa Pinkola Estés,
Ballantine Books, New York, 1992

Traducción de Cheryl Harleston

 

Regresar a Rincón de Sabiduría

Aquél que no puede aullar, no podrá encontrar su manada.
— Charles Simic

Guía de Capítulos:


De la Introducción - Cantando sobre los Huesos

El arquetipo de la Mujer Salvaje reside en las entrañas, no en la cabeza. Ella puede rastrear y correr y convocar y repeler. Puede percibir, enmascarar y amar profundamente. Es intuitiva, típica y normativa. Es absolutamente esencial para la salud mental y la salud del alma de las mujeres.

Ella es el alma femenina. Sin embargo es más que eso: es la fuente de lo femenino. Es todo lo que pertenece al instinto, a los mundos tanto visibles como ocultos —ella es la base.

Ella es intuición, es capaz de ver claramente a distancia, es capaz de escuchar a profundidad, es de corazón leal. Alienta a los humanos a permanecer plurilingües, hábiles en los lenguajes de los sueños, la pasión y la poesía.

Ella es la voz que dice: "Por aquí, por aquí."

Ella es quien levanta estruendos contra la injusticia. Ella es por quien abandonamos el hogar para buscarla. Ella es a quien regresamos a casa. Ella es lo que nos mantiene en marcha cuando pensamos que ya estamos vencidas.


Unirse a la naturaleza instintiva no significa desatarse, cambiar todo de derecha a izquierda, de negro a blanco, moverse de este a oeste, actuar como loco o fuera de control. No significa perder las socializaciones primarias propias o volverse menos humano. Significa todo lo contrario. La naturaleza salvaje contiene una vasta integridad en sí misma.

Significa establecer territorio, encontrar la propia manada, estar en el propio cuerpo con certeza y orgullo, independientemente de los dones y las limitaciones del cuerpo, hablar y actuar a favor de uno mismo, estar consciente, alerta, recurrir a los poderes femeninos innatos de intuición y percepción, reconocer los propios ciclos, encontrar a lo que uno pertenece, erguirse con dignidad, retener tanta consciencia como se pueda.


Del Capítulo 1 - El Aullido: La Resurrección de la Mujer Salvaje

La Loba, la vieja, La Que Sabe, está dentro de nosotros. Florece en el más profundo psique del alma de las mujeres, la antigua y vital Mujer Salvaje. Ella describe su hogar como ese lugar en el tiempo donde el espíritu de las mujeres y el espíritu de los lobos hacen contacto —el lugar donde su mente y sus instintos se mezclan, donde la vida profunda de una mujer consolida su vida mundana. Es el punto donde el Yo y el Tú se besan, el lugar donde las mujeres corren con los lobos.


La Madre Creación es siempre la Madre Muerte y viceversa. Debido a esta doble naturaleza o doble labor, el gran trabajo frente a nosotros es aprender a entender qué cosas a nuestro alrededor, acerca de nosotros y dentro de nosotros deben vivir, y cuáles deben morir. Nuestro trabajo es entender el momento de ambos sucesos; permitir que muera lo que tiene que morir, y que viva lo que tiene que vivir.


Puedes mellar el alma y doblegarla. Puedes herirla y dejarle cicatrices. Puedes dejar las marcas de la enfermedad en ella, y las marcas ardientes del miedo. Pero el alma no muere, pues La Loba la protege en el mundo subterráneo. Ella es a la vez la que encuentra los huesos y la que los incuba.


Las personas practican la meditación para encontrar alineación psíquica. Por eso las personas practican la psicoterapia y el análisis. Por eso analizan sus sueños y crean arte. Por eso muchos leen el Tarot, el I Ching, bailan, tocan el tambor, hacen teatro, husmean en la poesía, y encienden el fuego de la oración. Por eso hacemos todas las cosas que hacemos. Es la labor de juntar todos los huesos. Luego tenemos que sentarnos junto al fuego y pensar qué canción usaremos para cantar sobre los huesos, qué himno de creación, qué himno de re-creación. Y las verdades que digamos harán la canción.

Hay algunas preguntas buenas que hacerse mientras uno decide la canción, la verdadera canción propia:

  • ¿Qué le ha sucedido a la voz de mi alma?
  • ¿Cuáles son lo huesos enterrados de mi vida?
  • ¿En qué condiciones está mi relación con el Yo instintivo?
  • ¿Cuándo fue la última vez que corrí libre?
  • ¿Cómo hago para que la vida cobre vida de nuevo?
  • ¿A dónde ha ido La Loba?

Regresa y párate bajo esa única flor roja y camina de frente esa última milla, la más difícil. Acércate y golpea en esa puerta vieja y curtida por la intemperie. Sube hasta la cueva. Arrástrate a través de la ventana de un sueño. Escudriña el desierto para ver qué puedes encontrar. Es el único trabajo que tenemos que hacer.

¿Deseas consejo psicoanalítico?
Ve a juntar huesos.

 

 


Del Capítulo 2 - Acechando al Intruso: La Primera Iniciación

Todas las criaturas deben aprender que existen depredadores. Sin este conocimiento, una mujer no será capaz de transitar con seguridad dentro de su propio bosque sin ser devorada. Entender al depredador es volverse un animal maduro que no es vulnerable por ingenuidad, inexperiencia o tontería.


Una persona predatoria abusa del jugo creativo de una mujer, tomándolo para su propio placer o uso, dejándola en blanco y preguntándose qué sucedió, mientras que ellos mismos se vuelven de alguna manera más vigorosos y robustos.

El patrón de ceder la vida central de uno pudo haber comenzado en la infancia, fomentado por guardianes que deseaban los dones y la belleza de la niña para acrecentar el propio vacío y hambre de los guardianes. Por lo general, una mujer con buenos instintos sabe que el depredador se encuentra cerca cuando se descubre involucrada en una relación o situación que provoca que su vida se vuelva más pequeña en vez de más grande.


Muchas mujeres han vivido literalmente el cuento de Barba Azul. Se casan siendo aún ingenuas en cuanto a los depredadores, y eligen a alguien que resulta ser destructivo para sus vidas. Están decididas a "curarlo" con amor. De alguna manera están "jugando a la casita". Se podría decir que han pasado demasiado tiempo exclamando: "En realidad su barba no es tan azul."

Aunque podría ser la pareja misma de la mujer quien la denigra y desmantela su vida, coincide con el depredador innato dentro de su propio psique. Mientras la mujer sea forzada a creer que no tiene poder, y/o sea entrenada a no registrar conscientemente lo que ella sabe que es verdad, los impulsos y dones femeninos de su psique seguirán siendo asesinados.

La engañosa promesa del depredador es que la mujer se convertirá en reina de alguna manera, cuando de hecho se está planeando su asesinato. Existe una salida de todo esto, pero uno deberá tener una llave.

La llave es tanto el permiso como la aprobación de conocer los secretos más profundos y oscuros del psique, en este caso ese algo que negligentemente denigra y destruye el potencial de una mujer.

Plantear la pregunta apropiada es la acción central de la transformación —en los cuentos de hadas, en el análisis y en la individuación. Las preguntas son las llaves que hacen que las puertas secretas del psique se abran de par en par.

  • ¿En dónde piensas que está esa puerta, y qué podría haber del otro lado?
  • ¿Qué hay detrás de lo visible?
  • ¿Qué hace que esa sombra se asome en la pared?
  • ¿Qué cosa no es como parece?
  • ¿Qué es lo que yo sé en lo profundo de mis ovarios que desearía no saber?
  • ¿Qué parte de mí ha sido asesinada o yace muriendo?

Quienes han de desarrollar la consciencia buscan con afán todo lo que yace detrás de lo fácilmente observable: el chirriar invisible, la ventana sombría, la quejumbrosa puerta, el filo de luz bajo el alféizar. Buscan con afán estos misterios hasta que la substancia de la materia se abre ante ellos.


En lugar de desdeñar al depredador del psique o huir de él, lo desmembramos.

Desmantelamos al depredador oponiéndonos a sus peroratas con nuestras propias verdades nutridoras. El depredador: "Nunca terminas lo que empiezas." Tú: "Termino muchas cosas." Desmantelamos los ataques del depredador natural tomándonos a pecho y trabajando con lo que es verdad en lo que dice el depredador y luego descartando el resto. Lo desmantelamos manteniendo nuestras intuiciones e instintos, y resistiéndonos a sus seducciones.

Cuando nos rehusamos a albergar al depredador, se extrae su fuerza y es incapaz de actuar sin nosotros. Cuando el energum psíquico del depredador se disuelve, puede ser moldeado para otro propósito. Entonces nos convertimos en creadores; la substancia prima reducida se vuelve la materia de nuestra propia creación.

La rabia del depredador puede convertirse en un fuego del alma para realizar una gran labor en el mundo. La astucia del depredador puede usarse para inspeccionar y entender las cosas a cierta distancia. La naturaleza asesina del depredador puede usarse para matar aquello que debe morir apropiadamente en la vida de una mujer, o a lo que ella debe morir en su vida externa.

 


Del Capítulo 3 - Olfateando los Hechos: La Recuperación de la Intuición como Iniciación

Tener buena intuición, buen poder, causa trabajo. Causa trabajo en primer lugar en la observación y comprensión de las fuerzas negativas y desequilibrios tanto internos como externos. En segundo lugar, causa esfuerzo el reunir la voluntad para hacer algo con lo que uno ve, ya sea por el bien, por el equilibrio, o para permitir que algo muera.

No te mentiré: es más fácil deshacerse de la luz y dormirse, pues con ella vemos claramente todos los lados de nosotros mismos y de otros, tanto lo desfigurado como lo divino, y todas las condiciones entre ambos.

Sin embargo, con esta luz vienen a la consciencia los milagros de belleza profunda en el mundo y en los humanos. Con esta luz penetrante uno puede ver más allá de la acción mala hasta el corazón bueno, uno puede vislumbrar el espíritu dulce aplastado bajo el odio, uno puede entender mucho en lugar de sólo estar perplejo. Esta luz puede diferenciar las capas de personalidad, intención y motivos en los otros. Puede determinar la consciencia e inconsciencia en uno mismo y en los demás. Es la vara del conocimiento. Es el espejo en el que todas las cosas se perciben. Es la profunda naturaleza salvaje.

No obstante, hay momentos en que sus informes son dolorosos y casi imposibles de soportar: pues también señala donde hay traiciones preparándose, donde hay falta de valentía en quienes dicen lo contrario. Señala la envidia que yace como grasa fría detrás de una sonrisa cálida; señala las miradas que son meras máscaras del disgusto. En relación a uno mismo, su luz es igualmente intensa: brilla sobre nuestros tesoros y nuestras debilidades.


La manera para mantener la conexión con lo salvaje es preguntarte a ti mismo qué es lo que quieres. Una de las discriminaciones más importantes que podemos hacer en esta cuestión es la diferencia entre las cosas que nos atraen desde afuera y las cosas que nos llaman desde nuestra alma.

Elegimos algo porque casualmente estaba bajo nuestras narices en ese preciso momento. No es necesariamente lo que queremos, pero es interesante, y mientras más lo miramos, más atractivo se vuelve.

Cuando estamos conectados con el yo instintivo, con el alma de lo femenino que es natural y salvaje, entonces en lugar de mirar lo que casualmente está en exhibición, nos decimos: "¿De qué tengo hambre?" Sin ver nada externamente, nos aventuramos dentro de nosotros y preguntamos: "¿Qué es lo que anhelo? ¿Qué deseo en este momento? ¿Qué apetezco? ¿Qué quiero? ¿Qué ansío?"

Se requiere de espíritu, voluntad y sentido del alma, y a menudo significa insistir en lo que uno quiere.

 


Del Capítulo 4 - La Pareja: La Unión con el Otro

Si las mujeres quieren que los hombres las conozcan, que realmente las conozcan, ellas tienen que enseñarles algo del conocimiento profundo. Algunas mujeres dicen que están cansadas, que ya han hecho demasiado en esta área. Sugiero humildemente que han estado tratando de enseñarle a un hombre a quien no le interesa aprender. La mayoría de los hombres quieren saber, quieren aprender. Cuando los hombres muestran esa voluntad, entonces es el momento de revelar cosas: no sólo porque sí, sino porque otra alma lo ha pedido.


Para ganarse el corazón de la mujer salvaje, una pareja deberá entender plenamente la dualidad natural en ella. Cualquier persona cercana a una mujer salvaje de hecho está en presencia de dos mujeres: un ser externo y una criatura interna, una que vive en el mundo de arriba, y otra que vive en el mundo no tan fácilmente visible. El ser externo vive bajo la luz del día y es fácilmente observable. A menudo es pragmática, aculturada, y muy humana. La criatura, no obstante, con frecuencia viaja a la superficie desde muy lejos, a menudo apareciendo para luego desaparecer con la misma velocidad, sin embargo dejando siempre tras de sí un sentimiento: algo sorprendente, original y sabio.


Una mujer posee tremendos poderes cuando los aspectos duales individuales son reconocidos conscientemente y contemplados como unidad, sosteniéndolos juntos en lugar de mantenerlos separados. El Poder de Dos es muy fuerte y ninguno de los dos lados de la dualidad debe ser desatendido. Necesitan ser alimentados por igual, pues juntos aportan un poder sobrenatural al individuo.

 


Del Capítulo 5 - De Cacería: Cuando el Corazón es un Cazador Solitario

Hay doce labores que enseñan a un alma a amar bien y profundamente a otra:

  1. Descubrir a la otra persona como una especie de tesoro espiritual.
  2. Perseguir y esconderse: un tiempo de esperanzas y miedos para ambos.
  3. Desenredar y entender los aspectos de Vida/Muerte/Vida de la relación, y la compasión por la labor.
  4. Relajarse en la confianza: la habilidad de descansar en la presencia y la buena voluntad del otro.
  5. Compartir tanto sueños futuros como tristezas pasadas.
  6. Utilizar el corazón para cantar nueva vida.
  7. Entremezclar los cuerpos y las almas.

 


Del Capítulo 6 - Encontrando la Propia Manada: La Bendición de Pertenecer

La naturaleza salvaje, cuando es presionada hacia circunstancias de poco nutrimiento, instintivamente procura continuar a pesar de todo. La naturaleza salvaje instintivamente se sostiene y se mantiene firme, a veces con estilo, otras veces con poca gracia, pero se sostiene.


Aún cuando sólo hayamos escuchado o visto o soñado en un maravilloso mundo salvaje al que alguna vez pertenecimos, aún cuando no lo hayamos tocado todavía, o sólo momentáneamente, aún cuando no nos identifiquemos como parte de él, el recuerdo de ese mundo es un faro que nos guía hacia lo que pertenecemos, y para el resto de nuestras vidas.


¿Cuál es la nutrición básica del alma? Pues difiere de criatura a criatura, pero aquí hay algunas combinaciones. Considéralas como macrobiótica psíquica. Para algunas mujeres, el aire, la noche, la luz del sol y los árboles son necesidades. Para otras, las palabras, el papel y los libros son las únicas cosas que sacian. Para otras más, el color, la forma, la sombra y el barro son los absolutos. Algunas mujeres deben saltar, inclinarse y correr, pues sus almas ansían bailar. Y otras más ansían tan sólo una paz recargada en un árbol.

 


Del Capítulo 7 - El Cuerpo Gozoso: La Carne Salvaje

El poder cultural del cuerpo es su belleza, pero el poder en el cuerpo es raro, pues la mayoría lo ha ahuyentado con su tortura de o su vergüenza por la carne.


No existen los "debería" en los cuerpos. No se trata del tamaño de la forma o años de edad, y ni siquiera se trata de tener dos de cada cosa, pues algunos no tienen. Pero la cuestión salvaje es: ¿Siente este cuerpo? ¿Tiene una conexión apropiada con el placer, con el corazón, con el alma, con lo salvaje? ¿Tiene felicidad, alegría? ¿Puede a su manera propia moverse, bailar, zangolotearse, oscilar, embestir? Nada más importa.

 


Del Capítulo 8 - Autoconservación: Identificando las Trampas de Piso, Jaulas y Carnadas Envenenadas

Cuando está muy hambrienta, una mujer aceptará cualquier substituto que se le ofrezca, incluyendo aquéllos que, como placebos, no hacen nada por ella, así como los destructivos y los que ponen en riesgo su vida, que la hacen perder horriblemente su tiempo y sus talentos, o exponen su vida a peligros físicos. Es el hambre del alma lo que hace que una mujer elija cosas que la harán bailar alocadamente fuera de control —y demasiado cerca de la puerta del verdugo.


Nueve de diez veces una mujer con un problema espiritual/psicológico que la lleva a caer en trampas y a ser gravemente herida, es una mujer que actualmente está pasando o ha pasado hambre del alma.


La mujer con el instinto herido por lo general se pone en evidencia porque se le dificulta pedir ayuda o reconocer sus propias necesidades. Sus instintos naturales de pelear o huir están drásticamente disminuidos o extinguidos. El reconocimiento de las sensaciones de saciedad, mal sabor, sospecha, cautela, y el impulso de amar plena y libremente son inhibidos o exagerados.

Uno de los ataques más insidiosos al Yo salvaje es el ser dirigido a actuar correctamente, dando a entender que uno será recompensado (si acaso). Mientras que la consistencia, el seguimiento y la organización son esenciales para poner en práctica una vida creativa, el antiguo precepto femenino de "ser decorosa" mata cualquier oportunidad de expansión.


Cuando la colectividad es hostil hacia la vida natural de una mujer, en lugar de aceptar las etiquetas despectivas o irrespetuosas que le colocan encima, ella puede y debe, como el patito feo, mantenerse firme, sostenerse y buscar a lo que pertenece -y preferiblemente vivir más, florecer más y crear más que aquéllos que la envilecieron.

 


Del Capítulo 9 - Volviendo a Casa: El Regreso a Una Misma

En las culturas de caza, la piel equipara al alimento como el producto más importante de supervivencia. Psicológicamente, estar sin piel causa que una mujer persiga lo que ella cree que debe hacer, en lugar de lo que verdaderamente desea. Le causa seguir a cualquier persona o cosa que le de la impresión de ser la más fuerte —sea bueno para ella o no. Y entonces ella brincará mucho y mirará poco. Es jocosa en lugar de incisiva, se ríe de las cosas, aplaza las cosas. Se muestra renuente a dar el siguiente paso, a hacer el descenso necesario y a mantenerse ahí el tiempo suficiente para que algo suceda.


Desde el momento en que nacemos hay un impulso salvaje dentro de nosotros que desea que nuestra alma conduzca nuestra vida, pues el ego está limitado en cuanto a lo que puede entender. Imagina al ego con una correa permanente y relativamente corta; sólo puede llegar hasta cierto punto dentro de los misterios de la vida y del espíritu. Por lo general se asusta. Tiene el mal hábito de reducir todo lo sobrenatural a un "no es nada más que..." Exige que los hechos sean observables. Las pruebas que son de naturaleza emocional o mística con frecuencia no le sientan bien. Es por eso que el ego se siente solo.

Como todas las demás cosas solitarias o hambrientas, el ego ama la luz. Ve luz y la posibilidad de estar cerca del alma, y se acerca furtivamente a ella para robarle uno de sus camuflajes esenciales. Por su hambre de alma, nuestro propio ego roba la piel.


Es difícil reconocer nuestra condición hasta que nos volvemos como la mujer foca en su aflicción: se nos desprende la piel, cojeamos, perdemos jugo, perdemos la vista. Así pues, es un regalo de la inmensa vitalidad del psique que en lo profundo del inconsciente haya alguien que llama, un ser muy antiguo que sale a la superficie de nuestra consciencia y comienza a llamarnos incesantemente para que regresemos a nuestra verdadera naturaleza.

Es una característica profunda del psique salvaje que, si no vamos por cuenta propia, si no estamos prestando atención a nuestras temporadas y al momento de regresar, la Anciana vendrá por nosotras, llamando y llamando hasta que algo en nosotras responda.

Puesto que el psique es un sistema completo, todos sus elementos hacen resonancia al llamado. El desasosiego de una mujer durante ese tiempo a menudo va acompañado de irritabilidad y una sensación de que todo está demasiado cerca para sentirse cómoda, o demasiado lejos para sentir paz. Ella se siente desde un poco hasta muy "perdida", pues ha permanecido demasiado tiempo lejos de casa. Estos sentimientos son justamente los que requiere sentir. Esa sensación de estar dividida viene de escuchar, consciente o inconscientemente, algo que nos llama, que nos llama a regresar, algo a lo que no podemos negarnos sin lastimarnos.


Hogar es donde un pensamiento o un sentimiento pueden ser sustentados en lugar de ser interrumpidos o arrebatados de nosotros porque otra cosa nos esté exigiendo nuestro tiempo y atención.

Hogar es una sensación o estado de ánimo sostenido que nos permite experimentar sentimientos que no necesariamente están sustentados en el mundo mundano: asombro, visión, paz, liberación de las preocupaciones, liberación de las exigencias, liberación del constante parloteo.

Hogar es la vida instintiva primitiva donde todo es como debe ser, donde todos los ruidos suenan bien, y la luz es buena, y los olores nos hacen sentir más calmados en lugar de alarmarnos.

 


Del Capítulo 10 - Agua Clara: Nutriendo la Vida Creativa

Si quieres matar algo, simplemente pórtate frío con ello. En cuanto uno se congela en sentimiento, pensamiento o acción, la relación no es posible. Cuando los humanos quieren abandonar algo en ellos mismos, o abandonar a alguien a su suerte, los ignoran, les retiran la invitación, los dejan fuera, hacen hasta lo imposible para no tener que oír su voz o posar la vista en ellos.


Perder el enfoque significa perder energía. Lo más absolutamente equivocado que podemos intentar cuando hemos perdido el enfoque es apresurarnos a tratar de reunirlo todo otra vez. Apresurarse no es lo que hay que hacer. Sentarse y mecerse es lo que hay que hacer. La paciencia, la paz y el mecerse renuevan las ideas. Simplemente sostener la idea y tener la paciencia de mecerla son lo que algunas mujeres llamarían un lujo. La Mujer Salvaje dice que es una necesidad.

Si has perdido tu enfoque, simplemente siéntate y quédate quieta. Toma la idea y mécela de un lado a otro. Guarda parte de ella y tira otra parte, y se renovará a sí misma. No necesitas hacer otra cosa.


No importa que nuestro enfoque esté en el autodesarrollo, en los asuntos mundiales o en la relación de pareja, el animus se fatigará. No es cuestión de si lo hará o no, es cuestión de cuándo.

La Mujer Salvaje espera que el animus se fatigue de manera regular. Ella no se escandaliza cuando caemos por su puerta. Está preparada. No correrá hacia nosotras en pánico. Simplemente nos levantará y nos abrazará hasta que recuperemos de nuevo nuestro poder.


Una manera poderosa de renovar o fortalecer una intención o acción que se ha fatigado es deshacernos de algunas ideas y enfocarnos.

Enfocarse es usar todos nuestros sentidos, incluyendo la intuición.

 


Del Capítulo 11 - Calor: Recuperando una Sexualidad Sagrada

El calor de una mujer no es un estado de excitación sexual sino un estado de intensa consciencia sensorial que incluye, pero no se limita a, su sexualidad.


Lo sagrado y lo sensual habitan muy cerca el uno del otro dentro del psique, pues ambos son traídos a la atención mediante un sentido de asombro, no intelectualizando sino experimentando algo a través de las vías físicas del cuerpo, algo que momentánea o eternamente —ya sea un beso, una visión, una carcajada o lo que sea— nos cambia, nos sacude, nos lleva a la cima, alisa nuestras líneas, nos da un paso de baile, un silbido, una verdadera explosión de vida.


Cuando la risa ayuda sin causar daño, cuando la risa aligera, vuelve a alinear, vuelve a ordenar, reafirma el poder y la fuerza, ésta es la risa que genera salud. Cuando la risa hace a las personas sentirse felices por estar vivas, contentas de estar aquí, más conscientes del amor, intensificadas en el eros, cuando les quita la tristeza y las arranca del enojo, eso es sagrado. Cuando las vuelve más grandes, mejores, más generosas, más sensibles, eso es sagrado.

 


Del Capítulo 12 - Marcando el Territorio: Los Linderos de la Rabia y el Perdón

La rabia corroe nuestra confianza en que algo bueno pueda ocurrir. Algo le ha sucedido a la esperanza. Y atrás de la pérdida de esperanza por lo general hay enojo; atrás del enojo, dolor; atrás del dolor, usualmente tortura de algún tipo, a veces reciente, pero con más frecuencia de mucho tiempo atrás.


Los muertos huérfanos del psique son las palabras, ideas y pensamientos creativos en la vida de una mujer que han sufrido una muerte prematura, y que contribuyen profundamente a su rabia. En cierta forma se podría decir que la rabia es el resultado de los fantasmas que no han sido sepultados apropiadamente.


A pesar de que algunas personas afirman poder crear a partir de su rabia crónica, el problema es que la rabia limita el acceso al consciente colectivo —esa reserva infinita de imágenes y pensamientos imaginales— de tal forma que la persona que crea a partir de la rabia tiende a crear la misma cosa una y otra vez, sin que surja nada nuevo. La rabia no transformada puede convertirse en un mantra constante acerca de cuánto fuimos oprimidos, heridos y torturados.


Libérate a ti mismo de la ilusión de que el presente es una repetición exacta y calculada del pasado.


Para sanar verdaderamente, debemos decir nuestra verdad y no sólo nuestro pesar y dolor, sino también qué daño fue causado, qué enojo, qué disgusto, y también qué deseo de autocastigo o venganza fue evocado en nosotros.


Es posible mantener una especie de válvula de presión para nuestra vida emocional, y uno puede ser fiero y generoso a la vez. Uno puede ser reservado y valioso. Uno puede proteger su territorio, marcar muy claramente sus límites, sacudir el cielo si es necesario, y no obstante estar disponible, ser accesible, ser productivo al mismo tiempo.


La mayoría de las mujeres puede sentir el más mínimo cambio en el temperamento de otro; puede leer rostros y cuerpos —a lo cual se le llama intuición— y a partir de una abundancia de pequeñas pistas que se congregan para darle información, con frecuencia sabe lo que tienen en mente. A fin de utilizar estos dones salvajes, las mujeres permanecen abiertas a todas las cosas. Pero es esta misma apertura lo que hace vulnerables sus límites, exponiéndolas por lo tanto a las heridas del alma.


Si una mujer tiene el instinto herido, a menudo tiene problemas para reconocer la intrusión; se tarda en notar las violaciones de territorio y no registra su propio enojo hasta que está encima de ella.

De manera típica, tales mujeres no actúan desde su rabia en el momento apropiado; quizás se adelanten a los hechos o tengan una reacción retardada semanas, meses o incluso años después, dándose cuenta de lo que debían o podían haber hecho, o lo que hubieran dicho. Por lo general esto no es causado por timidez o introversión, sino por pensar demasiado, por poner demasiado empeño en ser agradables, y por no actuar lo suficiente desde el alma.

El instinto herido debe ser corregido mediante practicar y hacer valer límites fuertes, y practicar respuestas firmes y, cuando sea posible, generosas pero sólidas.


En su psique instintivo, una mujer tiene el poder, cuando es provocada, de enojarse de una manera atenta —y eso es poderoso. El enojo es una de sus maneras innatas de comenzar a estirarse para crear y preservar los equilibrios que considera importantes, todo lo que verdaderamente ama. Es su derecho y, en ciertos momentos y bajo ciertas circunstancias, una obligación moral.


Hay lugar y mucha necesidad para el enojo apropiado y claro, especialmente cuando se han hecho llamadas previas a la consciencia en tonos que van desde el dulce hasta el moderado, que no han sido escuchadas. El enojo es el siguiente paso en la jerarquía de llamar la atención.


A veces las personas se confunden y piensan que estar atascado en una rabia antigua significa fastidiar y lanzar rayos y sobreactuar y sacudir y arrojar objetos. En la mayoría de los casos no significa eso. Significa sentirse cansado todo el tiempo, tener una gruesa capa de cinismo, destruir lo esperanzador, lo tierno, lo prometedor. Significa tener miedo de perder antes de abrir la boca. Significa alcanzar el punto de inflamación por dentro, independientemente de si lo muestras por fuera o no. Significa los silencios biliosos y atrincherados. Significa sentirse desvalido. Pero existe una salida, y es a través del perdón.


Nada que un humano haya hecho, esté haciendo, o pueda hacer está afuera de los confines del perdón. Nada.


El perdón es un acto de creación. Puedes elegir entre muchas maneras de hacerlo. Puedes perdonar por ahora, perdonar hasta entonces, perdonar hasta la siguiente vez, perdonar pero no dar más oportunidades —será un juego enteramente nuevo si ocurre otro incidente. Puedes dar una oportunidad más, dar oportunidad sólo en caso de. Puedes perdonar parte, o todo, o la mitad de la ofensa. Puedes diseñar una manta de perdón. Tú decides.


Las Cuatro Etapas del Perdón:

  1. Desistir - Dejarlo en paz, no para pasarlo por alto, sino para volverse ágil y fuerte a fin de desapegarse de la situación.
  2. Resistir - Abstenerse de castigar. Tener paciencia, afrontar, canalizar las emociones. Practicar la generosidad.
  3. Olvidar - Apartarse del recuerdo, rehusarse a permanecer en el asunto. Olvidar es un empeño activo, no pasivo. El olvido consciente significa abandonar voluntariamente la práctica de obsesionarse, tomar distancia y perderlo de vista intencionalmente, sin mirar atrás, viviendo así en un nuevo paisaje, creando una nueva vida y nuevas experiencias en que pensar en lugar de las antiguas.
  4. Perdonar - Abandonar la deuda. Es una decisión consciente de dejar de albergar resentimientos, lo cual incluye renunciar a la determinación de desquitarse.

¿Cómo sabe uno si ya ha perdonado? Tiendes a sentir tristeza por las circunstancias en lugar de rabia, tiendes a sentir pena por la persona en vez de sentirte enojado con ella. Tiendes a no tener nada que te lo recuerde como para comentar algo al respecto. Comprendes el sufrimiento que condujo a la ofensa en primer lugar. Prefieres permanecer fuera del ambiente. No esperas nada. No quieres nada. No hay una soga alrededor de tu tobillo alargándose desde allá atrás hasta acá. Eres libre para irte. Quizás no resultó ser un felices para siempre, pero con toda certeza ahora hay un Había una vez fresco, esperándote desde este día en adelante.

 


Del Capítulo 13 - Cicatrices de Batalla: Membresía en el Clan de las Cicatrices

Es bueno recordar que en fuerza tensora y habilidad de absorber presión, una cicatriz es más fuerte que la piel.


Las lágrimas son un río que te llevan hacia algún lugar.


Las lágrimas nos hacen conscientes. No hay ocasión de volverse a dormir cuando uno está llorando. Cualquier sueño que llegue entonces será únicamente descanso para el cuerpo.


El Clan de las Cicatrices - esa tribu eterna de mujeres que a través de los tiempos han pasado por algo grande y sin embargo se irguieron orgullosas.


La mayoría de las veces herimos a otros donde, o muy cerca de donde, nosotros mismos hemos sido heridos.

 


Del Capítulo 14 - La Selva Subterránea: La Iniciación

Una de las cosas más básicas que median entre el mundo del alma y el mundo de la materia es que muchas de las cosas que se nos presentan no son como parecen al primer contacto.


Si en nuestras sociedades modernas las manos del ego deben ser amputadas para recobrar nuestro puesto salvaje, nuestros sentidos femeninos, entonces deberá hacerse a fin de alejarnos de toda seducción de las cosas sin sentido que están a nuestro alcance, cualquiera que sea a lo que nos aferramos para no crecer.


Es un hecho psíquico que cuando uno ha dado a luz algo hermoso también surgirá algo oscuro, aunque sea momentáneamente, algo que está celoso, que carece de comprensión o que muestra desprecio.


El nutrimiento es absolutamente esencial para el viaje, y en cantidades substanciales. De hecho, si no está presente en cantidades adecuadas, el buscador perderá energía, caerá en depresión y se desvanecerá como un suspiro.


Iniciación es el proceso mediante el cual nos volvemos de nuestra inclinación natural a permanecer inconscientes y decidimos que, cueste lo que cueste —sufrimiento, esfuerzo, aguante— buscaremos la unión consciente con la mente profunda, con el Yo Salvaje.

 


Del Capítulo 15 - Persiguiendo: El Canto Hondo, La Canción Profunda

La palabra reclamación se deriva de la antigua palabra francesa reclaimer, que significa "llamar de regreso al halcón que ha sido dejado volar."


¿Así que cuál es el punto de esta reclamación y enfoque, este llamar de regreso al halcón, este correr con los lobos? Es atacar por la yugular, para llegar hasta el fondo de la semilla y de los huesos de todo y de cualquier cosa en tu vida, porque ahí es donde está tu placer, ahí es donde está tu alegría, ahí es donde yace el Edén de una mujer, ese lugar donde hay tiempo y libertad de ser, de vagar, de preguntarse, de escribir, de cantar, de crear, y de no tener miedo.


Regresar a Rincón de Sabiduría